Antes de construir, hay que tener varias cosas en cuenta. Conviene proyectarse a futuro y prever que cosas podríamos necesitar. Puede ser otro dormitorio, una futura oficina. Es bueno planificar dejando los espacios necesarios en el terreno o haciendo una buena estructura que permita la elevación a un segundo nivel.
El tiempo que invertimos en pensar antes de comenzar una obra, es proporcional al ahorro de dinero que tendremos. Solucionar imprevistos siempre sale caro. Si tienes la posibilidad consulta con un profesional, puede ahorrarte muchas dudas y ayudarte con el diseño de tu proyecto.
Para evitar multas, debes pedir un permiso de construcción. Así tendras planos aprobados antes de comenzar. De ésta manera evitarás deudas y si en el futuro quieres vender tu casa no tendrás inconvenientes.
En el mismo municipio te podrán informar sobre las medidas mínimas que debes respetar, tanto de altura, superficie, luz natural y ventilación. También existen ordenanzas para ubicar la casa en el terreno, retiros frontales y laterales que debes respetar y alturas máximas. Estas cosas varían dependiendo del barrio y ciudad en que vives.
A la hora de diseñar: es importante que cada habitación tenga entrada de luz y ventilación, hay que pensar en la orientación de las aberturas y en su tamaño. También es bueno ubicar los servicios húmedos en un mismo sector. Si ubicas la cocina cerca del baño ahorrarás en cañerías y desagues. Otro punto es la distribución de los ambientes. Hay que pensar la mejor manera de conectarlos, para lograr la menor área de pasillos posibles.
